miércoles, 12 de diciembre de 2012

Edición Un "gastroyonki" en la Gran manzana: Rte. Laut

Buenas a todos.

Como os conté en el post anterior, me iba de viaje a Nueva York para aprovechar mis vacaciones, y eso también implica disfrutar de la comida en la capital mundial, la ciudad más cosmopolita que a uno se le pueda ocurrir.

Sobre Nueva York mi padre siempre me decía que lo importante no es la ciudad en sí, si no lo que hay en ella, las calles, la gente, el ritmo de vida, en conclusión, que es una ciudad para vivirla. Y en parte no le falta razón. Y un ejemplo de ello se nota en las miles de cocinas que hay repartidas por Manhattan y Brooklyn que es lo que yo visité (me deje de lado Queens y Staten Island).

De todas maneras, por mucho que me dijera mi señor padre, ahora he tenido la oportunidad de sacar mis propias conclusiones sobre Nueva York en todos los sentidos, monumentos, espectáculos, gente y gastronomía, que ya iré diciendo a lo largo de los artículos siguientes.

Pues empieza mi viaje con mucha información por digerir, por un lado las inestimables aportaciones de Jesús (@jesusfdezprieto en twitter, y con una página que no debéis dejar de visitar, nosoyotrogourmet.tumblr.com), que me pasó una auténtica guía de algunos de los restaurantes de Nueva York que podrían serme de más interés. La guía Michelin 2012 de New York City, regalo de mi amiga Ana tras su última estancia en la Gran Manzana. O la archiconocida Lonley Planet. Así que con todo el material me fui haciendo mi ruta turística y gastronómica.

Gracias Ana, que útil me fue!!!
Pues con toda esa información uno intenta hacer camino por esta ciudad de infinitas calles sin perderse, y tras caminar plantearse seriamente donde parar a comer. Pero a pesar de toda la información mi primera parada fue totalmente improvisada. Y todo fue fruto de un desengaño tremendo, causado por la mala suerte que me impidió ver el partido de los NY Knicks vs. Indiana Pacers tras 2 horas y media de cola, a causa de un fallo con la puñetera tarjeta de crédito. 

Así que fruto de frustración tiro de guía y busco darme un gustazo, así que por la zona donde me encontraba busco el que más simpatía me hacía, y este fue Laut (15E. 17th St. (entre Broadway y 5ª Av. web:www.lautnyc.com),  un restaurante clasificado como asiático por la guía pero del Asia del sudoeste, que según la guia recoge las cocina de Malaysia, Thailandia y Singapore, aunque el chef es malayo. Porqué elegí este sitio?, sencillo, cuantos restaurantes malayos con una estrella te encuentras en Europa?, no sé si hay alguno, pero si los hay no creo que sean muchos, y si le sumas que el precio aproximado según la guía era inferior a los 50$, me decidí por él.

Madison Square Garden, antes de llevarme el disgusto

Así que allí que fui. Y primera sorpresa, el local. A primera vista da una imagen bastante descuidada que no se corresponde ni de lejos con lo que estamos acostumbrados en España, pero es que la guía americana lo que te explica es que las estrellas las dan por la calidad de la comida y no por criterios de comodidad, local, ubicación... para eso tienen otro baremo. Así que ya tenemos la primera diferencia, pero como estaba de vacaciones tampoco me iba a rasgar las vestiduras, así que pillo sitio y me pasan la carta, una carta con infinitas combinaciones de currys, noodles, sopas, dim sum... a lo cual decido preguntar y dejarme llevar por los consejos del camarero, un tío de lo más majo con el que luego estuve charlando un rato. Y lo que me aconsejó, ya que luego seguiría caminando por la ciudad, fue lo siguiente.

1. Roti Canai: Un pan hindú servido con un curry elaborado por ellos, un entrante suave para el plato que vendría después. Recordar que los paladares son diferentes, y si os preguntan vuestro gusto por el picante, por mucho que os hayáis comido chiles poblanos a puñados, un thailandes siempre te ganará. Dicho este apunte, y tras mi experiencia en Londres con el picante en el Nahm opté por un picante "medium" para no pillarme los dedos y no sentir que mi lengua ardiera en el infierno de Mordor.

Roti Canai
El pan hindú, mas fino que las pitas y mucho mas suave al tacto, con un sabor bastante neutro para que disfrutes del curry, como si fueran unos nachos, ir mojando en esa salsa de color peligroso, que te dice que una vez más has metido la pata y el concepto de picante no es el mismo. Aún así, he de decir que muy tolerable, aunque más potente de lo que esperaba. También ayudó la cerveza a que el trago no fuera tan duro.

Cerveza singhai, cerveza thai

2. Curry Laksa: Una noodle soup, es decir, sopa de fideos, que puedes elegir con verduras, carne o mariscos. yo opté por el pollo. El caldo a parte de los fideos y el ingrediente principal que uno elige va con leche de coco picante, pepino, judías verdes, bolas de pescado y menta vietnamita.

Si veis el color os haréis una idea, un plato muy picante, mantiene el sabor del pescado, el pollo, las verduras, pero insisto en el picante. Lo mejor, las verduras que se mantienen al dente en el caldo, y las bolas de pescado tenían una textura muy similar a la de unos buenos callos. Necesario un buen vaso de agua, cerveza o el líquido que uno prefiera. Aunque para no pecar de exagerado, he de decir que cuando te acostumbras al picante, luego te terminas el caldo, porque está muy bueno.

En cuanto a cantidad, es más que suficiente, buena ración de carne, verduras, fideos...

Curry Laksa

Cuando terminé, el camarero se me acercó a preguntarme si me dedicaba a la hostelería (que raro...), a lo que le explique lo de siempre, que no, pero que soy un aficionadillo. Aún así le interesaba saber que visión tenía yo como europeo, y en que creía que podían mejorar. Yo sólo le dije una cosa, que simplemente señalaran que platos eran picantes o muy picantes, porque funcionan con recetas tradicionales que son las que les han merecido la estrella en Nueva York, por lo demás, no soy yo quien pueda juzgar y decir que cambios han de hacer. Pero fue una conversación interesante que me permitió darme cuenta de lo torpe que soy a veces con el inglés, pero que a poco que te pones a hablar va surgiendo todo lo que habías olvidado y conversar sobre un tema que me gusta.

Una experiencia de lo más agradable por 36$ (con las propinas incluidas). En un restaurante muy próximo a Union Square. Y desde allí, tras comer de forma consistente pero sin pesadez de estómago, fui a visitar el Empire State Building.

Empire State Building
Como conclusión, si uno va con guía Michelin, lo que son 1 estrella, no se parece en nada, para que no se lleven a engaño, pero garantiza que la calidad de la cocina es buena, no es caro y pasas un buen rato. Al menos aquí en Laut, así fue.

Hasta aquí la primera etapa de Un gastroyonki en la Gran Manzana. Espero que os haya gustado y os resulte útil si vais por NYC.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.








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