jueves, 29 de marzo de 2012

Paco Morales, un bocado de naturaleza. (CERRADO)

Buenas a todos, tras mi excursión por Madrid, la siguiente experiencia gastronómica de relevancia tuvo lugar en Bocairent, en el Hotel Ferrero en el Restaurante Paco Morales (Ctra. Bocairent-Villena, Km. 16 Bocairent. Tlf. 962355175 web: www.pacomorales.es). En ocasión a una boda a la que estaba invitado que se celebraba en el pueblo. Así que aproveche la ocasión de tener que ir a Bocairent para probar el restaurante.

Ya hacía más de un año que oía hablar sobre este sitio, y a través de internet y la experiencia de un amigo mío decidí visitar y probar esta experiencia al gusto, la vista, el olfato, el tacto y los oídos, pues en este restaurante en particular participan todos los sentidos.

Sólo el camino al hotel ya tiene un encanto especial, portalón de entrada de casa señorial haciendo un recorrido por un camino de ladrillo con el coche hasta el parking viendo las zonas ajardinadas del hotel. Contrasta encontrarte un hotel de estas características en un entorno rural, lo que lo hace más especial.


Una vez aparcado el coche, a partir de pasar la puerta del restaurante empieza una autentica excursión de colores y sabores. 

En primer lugar te recibe Paco Morales muy amablemente y te presenta al equipo de cocina, para luego acompañarte a tu mesa y explicar cuales son los menús y carta de que disponen, como yo iba ya con la idea de probar el menú innovación = provocación tampoco hubo mucho que comentar, así que me dejé llevar por el personal del restaurante y disfrutar del paraje y la comida.

Como apunte, me encantaron 2 detalles al sentarme a la mesa, el primero, la ausencia de música ambiente, que se agradece mucho en un lugar como en el que está ubicado el hotel, en plena naturaleza, este punto ya me llamó la atención en el restaurante Bal D´Onsera de Zaragoza. Y en segundo lugar, no sé si por coincidencia o porque al realizar reserva así lo tienen programado (me gusta pensar más en la segunda opción) el hecho de tener unas estatuillas que indican el número de comensales. Una forma inteligente de integrar arte a una mesa.


A partir de aquí empezamos con el menú innovación = provocación. Menú Paco Morales 2012.

1. Crema de untoso de cebollino con salsifí. La presentación de los entrantes es espectacular, en este caso la vajilla es un espejo, y el efecto es el de tierra labrada. Sabor de contrate de tostados, dulce y agrio.

2. Cogollo de nuestra huerta, anchoa y pimiento rojo. Entrante para comer con las manos, crujiente y fresco. el pimiento rojo es gelatina. Reconversión de un plato común. Muy bueno.

3. Pan negro con nueces. Sensación de carbón que se suaviza con la untosidad de la crema y la nuez blanca. Muy curioso. Y también se come con las manos


4. Menestra de verduras, fondo untoso y láminas de tocino ibérico. cocción perfecta de las verduras, color, sabor... conservando todos los elementos. un plato de 10.



5. Ostra al natural, con leche cruda de oveja, esencia de cordero y pesto de hierbas. Ostra de gran calibre, y una conjunción de sabores curiosa, marcando una acidez muy agradable.



6. Espardeña de sepia, pelotas de interiores de pichón y nabo de primavera. Precioso plato, las pelotas buenísimas por textura y sabor, y la sepia perfecta con un punto tostado que marca las vetas que hacen simular el efecto visual de una espardenya.



7. Setas de mercado con ventresca de lubina escarchada. Plato difícil de describir, sólo lo pude definir en mi libreta como un plato "brutal", lo cual no queda en absoluto profesional. Es un plato visual, el contraste de color de la escarcha con el oscuro del caldo y las setas, los brotes verdes y en boca te envuelve.



8. Champiñones al sol aliñados con yema de huevo de campo, puré de berenjena a la brasa y ajos tiernos. Para mí, el mejor del menú, plato colorista, alegre, que anima solo verlo, y que al probarlo puedes distinguir cada uno de los elementos, y todo con ingredientes muy comunes. Perfecto.



9. Rape al vapor de almendra amarga con crema de hongos, aceituna negra y coliflor encurtida. Un plato que me recordó mucho a los sabores de la cocina thailandesa que probé en Londres, el rape, siendo una pieza generosa tenía una cocción en su punto, y el sabor de la aceituna negra conjunta de maravilla con la almendra.



10. Cierva con praliné de cacahuete, tonos picantes y selección de hierbas de la sierra de Mariola. Un plato al que no se le puede poner ninguna pega, ideal para los carnívoros, con el conjunto de las verduras de la propia huerta de Paco Morales. Me llamó mucho la atención el cultivo de sus microzanahorias.



11. Flores del entorno, remolacha, frutos rojos y regaliz. Plato colorista con acidez para "limpiar" el paladar y preparar para el siguiente postre.



12. Leche ahumada, semillas de café y cacao especiado. No se me ocurre mejor manera para terminar el menú, además es sorprendente el conjunto de sabor cafe-leche, cacao-leche, café-cacao-leche... A pesar de que sean ingredientes comunes para todos nosotros. Excelente.



13. Teja de chocolate con flores. Para terminar un punto de chocolate nunca está de más.



Para beber pedí si era posible maridaje, y no hubo problema. Así pues, empecé por un champagne del que no recuerdo el nombre, siguiendo por un blanco chardonnay australiano que aunque tenía un sabor de entrada fuerte, muy diferente a otros chardonnay, maridó a las mil maravillas, pasando luego a tinto, en este caso Mestizaje.

Como sabéis, siempre me gusta dedicar un espacio a comentar el servicio, y aquí creo que con mayor razón, ya que el jefe de sala en este caso es el propio Paco Morales, lo que, a mi forma de ver, me parece algo excelente porque transmite 2 cosas, la primera, confianza en su equipo de cocina y segunda, una mayor proximidad al comensal para poder valorar sus impresiones de primera mano. El resto del equipo de sala, también son excelentes, muy amables y abiertos a la conversación. Y por otro lado el ritmo de servicio fue muy bueno. Una buena coordinación entre cocina y sala.

A todo esto hay que sumarle las vistas a la montaña y al jardín del hotel, lo que te hace sentirte parte del entorno, de la naturaleza misma.



Tras la comida, tuve la oportunidad de charlar 15 minutillos con Paco Morales, para comentar la experiencia, compartir opiniones, etc... Y me comentó su nueva incursión en Murcia en el Palacete de la Seda. Una persona próxima y que cuida lo máximo posible lo que ofrece a quienes visitan su casa.

Para mi, una experiencia para repetir.

El precio de esta excursión por los sentidos, tras tomar un digestivo de orujo blanco y una copa de Ron Flor de cañas fueron 150€ de los que uno disfruta  euro por euro.

Espero que si tenéis la oportunidad, no dudéis en aprovecharla y disfrutéis tanto o más que yo.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.



martes, 20 de marzo de 2012

Vi Cool, muy poco "cool"

Buenas a todos, tras una jornada de fiestas en Castellón por la Magdalena, reinicio de nuevo la labor de escribir en el blog.

En esta ocasión comentaré el último restaurante que pisé en Madrid, el Vi Cool de Sergi Arola (C/Huertas 12 tlf. 914294913. web: www.vi-cool.com). Como ya he comentado en otra ocasión, sabéis que hay grandes cocineros que están montando locales alternativos a su restaurante principal para acercarse a un público más general y ofrecer sus ideas a un precio más acorde a la economía popular, este es el caso de Estado Puro de Paco Roncero (comentado en este blog) o Vuelve Carolina de Quique Dacosta (también comentado en el blog). En esta ocasión probé el de Sergi Arola, pero por desgracia con un resultado bastante más bajo que el que ofrecen Roncero o Dacosta.

El local está ubicado en una calle bastante transitada del centro de Madrid que da hacia la plaza de Santa Ana, un local de 2 plantas (planta baja y sótano), la planta baja bastante estrecha entre barra y pared, y ambas estaban llenos. Como no tenía prisa, esperé consiguiendo hacerme un hueco en la barra de pie, y pedir una cerveza hasta que tuviera un sitio donde sentarme... Y tanto que esperé, porque no conseguí el objetivo de que uno de los camareros me sirviera la cerveza, a pesar de haberla pedido y que me escuchara. Pero durante la espera si que me habían conseguido la mesa en el sótano (pero seguía sin cerveza).

Así que uno de los camareros me guía hasta el sótano, que no a mi mesa, y me hacen esperar un rato más hasta que otro de los camareros me acompañara hasta la que iba a ser mi mesa, y todo esto, todavía sin la cerveza. Llego a mi mesa, y la verdad, están exageradamente próximas, las 2 parejas que tenía, una a cada lado, no podían tener privacidad estando yo sentado a la mesa de entre estas 2, muy incómodo.

Me ofrecen la carta, que tiene un formato bastante original, pues es una imitación a una carta con sello de la cara de Arola, y les pido una vez más la cerveza, al rato, me traen la cerveza (por fin!!!) y me tomaron nota.

1. Steak tartar con sopa de soja y yema de huevo de corral. Un plato del que esperaba más sabor y potencia, me dejo indiferente.


2-3: Bravas Arola y Canelones clásicos de "carn d´olla": Los pongo juntos porque me los trajeron a la vez. Las bravas Arola, supuestamente son una de sus especialidades en este local, yo personalmente me quedo con otras como las de Estado Puro, pero estaban bien hechas, la patata bien cocinada y el allioli era suave y agradable al gusto, aunque insisto que no me acabaron del todo, además no son recomendables para pedirlas un solo comensal, pues no hay opción a media ración. Sobre los canelones, pasa igual que con las patatas, la verdad que de sabor correctos, pero demasiada ración para 1 comensal. Comento lo de las cantidades porque se supone que es un local de tapas, y lo ideal de estos sitios es poder probar varias cosas, si hay mucha cantidad sólo puedes con 2-3 platos a lo sumo.

Una de las cosas que también hizo que no me acabaran de gustar los platos fue la temperatura, ambos estaban templados, con lo que al poco tiempo estaban frios, de hecho un par de patatas me las tuve que dejar. Ya no sólo por la cantidad si no por la temperatura.


Dicen que los postres es uno de los fuertes de este local, pero entre que ya estaba lleno y que el servicio es lento, no pedí. Pero según decían algunos de los comensales de alrededor la copa catalana está muy buena.

La verdad es que fue una decepción, no sólo porque la comida fallara, si no, más por el servicio. Fue una mezcla entre ausentes y enfadados, no sólo conmigo, si no con los otros comensales. Al estar tan juntos nos pusimos a comentarlo nosotros 5. Una de las parejas se quejaba de que los platos les habían salido a destiempo, sacando algún segundo antes que algún primero, pedir la bebida era una odisea, tenías que pedir las copas de vino o las cervezas de 2 en 2 por si te bebías una rápido al menos sabías que aún te quedaría bebida para el resto de comida, y cada vez que pedías algo parecía que era una ofensa para ellos, ni una sola sonrisa. A eso hay que sumarle que el local es ruidoso de por sí, si le sumas la música a un volumen aun más alto la cosa se pone peor. Sinceramente un cúmulo de despropósitos que se debieran tener en cuenta.

En este local se puede salir desde por 15€, yo lo hice por algo más de 40€, pero personalmente tras la experiencia, ni por 15€.

Y hasta aquí llega mi ultima estancia en Madrid.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.




miércoles, 7 de marzo de 2012

Arzabal, sitio de moda

Buenas, seguimos con el recorrido por Madrid, en esta ocasión el restaurante Arzabal, uno de los más de moda en el centro de Madrid y que por lo que me comentaban ha cogido mucha fuerza en estos últimos 3 años, desde que inauguró en 2009.

El restaurante-taberna Arzabal (C/Menendez Pelayo 13, tlf. 914095661. C/Dr. Castelo 2 tlf. 915572691. web: www.arzabal.com) esta en el barrio del Retiro, de hecho una de las cosas más bonitas fue recorrer el parque del Retiro desde mi casa hasta el restaurante, ya que por suerte, a pesar del frío, hizo un bonito día soleado.

La verdad es que tenía ganas de ir a este sitio, pues me lo habían recomendado en restaurante Arce (ya comentado en este blog, y a quienes envío recuerdos) por parte de la jefa de sala, Marian. Ya que durante tiempo uno de los propietarios estuvo trabajando durante años con ellos. Y fue ella quien me recomendó también La Terraza del Casino. Así que tenía que hacer caso.

Como comentario, al ser tan reclamado este restaurante, es conveniente reservar con tiempo, yo lo hice 24 horas antes, y casi me quedo sin sitio, y eso que era sólo un comensal. Además únicamente me podían ofrecer en mesa alta. Y al día siguiente me llamaron para confirmar la reserva, porque si no daban mi mesa. Todo esto lo comprueba uno al llegar al local y sentarse, pues aquello fue un trajín de gente constante a la que los camareros tenían que decir que no había sitio, ni en un local ni en el otro (he puesto las 2 direcciones un poco más arriba, están los 2 locales muy próximos).

Así pues, cuando llegué me dieron mi mesa, como decía antes, mesa alta, pegada a la barra, la verdad, bastante incómodo, optimizan al máximo el espacio, lo que puede generar sensación de agobio, y más si el local está lleno como era el caso. Como local, hay que reconocer que está hecho con mucho estilo, con una apariencia de taberna de siempre pero modernizada acorde a su logo.

Pasando al asunto de la comida, en este local, se trabaja cocina actual con base clásica, o por decirlo de otra manera, producto con algunos puntos de cocina actual pero reconocible principalmente como una cocina tradicional. Que es lo que hace en parte que haya tenido este éxito, pues es cocina reconocible por todos, tanto por aquellos que les gusta lo moderno como aquellos que les gusta lo clásico.

Pedí que se me presentara una pequeña degustación, así que funcionamos con medias raciones.

Empezamos con el aperitivo, pan con mantequilla francesa en cubo, sí, como suena, un cubo bien grande de mantequilla para que vayas untando pan. Formato curioso, y mantequilla muy sabrosa. Conveniente no abusar que llena una barbaridad. Como nota, decir que el cubo es para todos, así que es un ejercicio de fe en la buena educación de la gente y que no laman el cuchillo y se sigan untando pan.


(veis como es un gran cubo?)

1. Croquetas caseras de iberico y setas: realmente muy buenas, una bechamel cremosa, sabrosa, y muy presente el sabor de la seta, y en el caso de la ibérica usan leche de oveja con la que se elabora el queso idiazabal. Un sabor realmente notorio.


2. Huevo trufado, para mi fue una pequeña decepción, aunque con sabor de trufa, se notaba muchísimo el ajo, y las patatas dejaban que desear. Plato para mi gusto mejorable.


3. Patatas a la importancia con cigalas: en cambio con este plato, resurgieron, excelente el sabor del caldo de las patatas a la importancia con el sabor de la cigala. Plato muy recomendable si acudís a este local. Consiguen de un plato clásico como es la patata a la importancia, darle un punto de sabor distinto co las cigalas.


4. Dados de presa ibérica con fruto rojo: aquí queda confirmado que combina muy bien el fruto rojo con la grasa del ibérico, ya había comentad en alguna ocasión que era una mezcla que no me acababa de cautivar, pero claramente era porque no lo habían sabido combinar. En este caso, excelente. Otro plato para pedir. La carne se deshace en boca, conservando todo el sabor y el caldo de fruto rojo va que ni pintado.


5. Tabla de quesos: media tabla de quesos para terminar, tienen una buena variedad, no recuerdo todos los nombres, pero si que había de leche de cabra y oveja. Con esto ya terminé más que saciado.


Para beber sirven vino por copas, así que a parte de la cerveza que siempre pido, tomé 2 copas de vino, en este caso Honoro Vera de bodegas Juan Gil. Que fue bastante apañado, pero a algo más de 2 € la copa (botella PVP: 5,20 €).

Servicio, bastante ausente, pero es normal, estamos en una taberna y esta estaba llena hasta la bandera, y así suele estar en general. Con lo que no os sintáis molestos si no prestan mucha atención, es que van muy atareados.

Precio final de la experiencia 66€, para mí una RCP elevada, trabajan buen producto, algunos platos son excelentes, es un sitio de moda y eso se paga, pero para mí es un sitio demasiado incómodo para acabar pagando este dinero.

Para gustos los colores. Pero para mi, es un lugar para ir de vez en cuando, y sabiendo que tienes mesa. O directamente tomar un par de cosas en barra.

Si vais espero que lo disfrutéis.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.















viernes, 2 de marzo de 2012

Sudestada, un recorrido por asia

Buenas a todos, seguimos este recorrido por los restaurantes de Madrid, y en esta ocasión comentaré el restaurante Sudestada (C/Ponzano 85 tlf. 915334154).

El restaurante Sudestada era uno de los que tenía pendiente tras la visita que hice el año pasado a Madrid y que me recomendaron en el restaurante Zorzal (C/Eduardo Dato 5), que ya he comentado en una ocasión anterior en este blog. Me lo presentaron como uno de los mejores sitios para hacer un recorrido por la comida asiática, y en verdad no se equivocaron.

El local como tal pasa un tanto desapercibido en esta calle, el interior es de decoración sobria, salón amplio, y poca separación entre mesas, lo que en parte genera una sensación de agobio. Y en cuanto se llena el salón (que se llenó siendo miércoles noche), la verdad es que se genera bastante ruido aunque la gente fuese educada y procurase hablar bajo. Este es el punto negativo más reseñable.

En cuanto a la comida, pedí un Set Menú, en el que me sirvieron una degustación de sus platos más emblemáticos, y la verdad es que fueron todos una experiencia de sabor. De inicio como cocktail, una caiprinha Sudestada, impresionante, no se cual es el secreto, pero si vais, pedidla, merece el dinero que cuesta (no está incluida en el menú).

1. Sopa de Miso y wakame: un buen caldo caliente marino para una noche fría como la que hizo vino de maravilla.


2. Nem Cua: Rollito vietnamita, crujiente excelente el del rollito, la verdura y la salsa agridulce le aporta la frescura que contrasta con el calor del rollito y con la sopa que hemos tomado anteriormente. De los rollitos vietnamitas que he probado hasta la fecha, este es el que más me ha gustado.


Tras terminar el Nem Cua, la verdura restante, la mezcle con la salsa agridulce, y fue un gran acierto, una sensación de terciopelo en boca muy agradable.


3. Singapore dumpling: Cerdo al vapor, unos Dim Sum, que me recordaron mucho a la calidad de los probados en Hakasan de Londres. Excelentes, un bocado obligado si vais a este restaurante. De hecho lo estuvimos comentando los comensales de las mesas de alrededor, y era curioso ver como unos a otros nos íbamos dando consejos de que pedir, o con que mezclarlo (alguna ventaja hay que sacarle a que las mesas estén próximas).


4. Samosa Sudestada: Una buena samosa pero inmejorable la salsa, agripicante con hierbas aromáticas, un lujo cada bocado con esa salsa.


5. Pin Gai: Pollo a la brasa estilo Laos, igual que con la samosa, lo importante no es el principal, el pollo, si no las guarniciones, un recorrido, por el arroz, salsa de ají (buenísima) o el pepino, un plato versátil, que son los que más me gustan para que cada bocado sea diferente.


6. Curry Rojo: Bienvenidos al infierno, pero con suavidad, y a primera fila, un grandísimo bocado y con esa esencia picante que caracteriza a la cocina thailandesa.


7. Pirámide de Azafrán: El azafrán es un ingrediente muy difícil de lidiar, que queda muy bien en la carta, pero que si no se nota, pierde todo el encanto. Por desgracia esto fue lo que pasó. Y fue lo único que yo elegí, así que puedo asumir que el error fue mío por arriesgarme, pero quería saber como era este postre tan arriesgado. Si quitamos el detalle del azafrán, un postre normalito, y buena cantidad.


Para beber, me gustó mucho el hecho que tuvieran Kirin de barril. Así que bebí cerveza. No pedí la carta de vino, así que no puedo orientar sobre si la bodega es larga, corta, con buenas referencias o las comunes.

En cuanto al servicio de sala, a pesar de estar el local lleno fueron de lo más amables, explicando los platos y orientando en todo momento. Inclusive me recomendaron otros restaurantes, en este caso de cocina peruana, aprovechando que el camarero era de esa nacionalidad. He de decir, que en Madrid he tenido en general bastante suerte con el tema del servicio de sala, y casi siempre me he encontrado gente amable y dispuesta a hacer bien su trabajo. Aquí, como digo, lo tienen.

El precio final, sumando las cervezas, la caiprinha y postre, rondó los 70€. Por la cantidad, calidad y servicio una RCP media-alta. Pero no se arrepiente uno de probar este local y hacer este recorrido de sabores.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.