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miércoles, 1 de noviembre de 2017

7 años de Buen Gusto Club Social y ya basta.

Se cumplen 7 años de la página, y a lo largo de este año he tenido la suerte de pasar por muchas cocinas, quizá hasta demasiadas. Tantas que se me hace imposible seguir el ritmo de publicaciones, y sumado al aumento de trabajo y responsabilidades he tomado la decisión de dar por terminada la etapa de la página.

Así, a lo largo de este año se han cumplido sueños, he pisado Japón y conocido su cultura y cocina como fenómeno más llamativo a destacar, y que recuerdo fueron los mayores palos que me cayeron cuando empecé con la página derivado de mi bajo conocimiento sobre la materia. Una cultura diferente, con un atractivo que te cala  y te hace extrañarla. La misma se transmite en su cocina, el respeto a la naturaleza y reflejarla con su Kaiseki, la sensibilidad en el trato a los pescados en el sushi bien trabajado por un itamae, o la diversión de un "omakase" en un yakitori en Tokyo. Explorar el mundo del sake, sus matices, aromas y sabores, y sobretodo apreciar la belleza de lo efímero, ya sea una buena comida, una buena bebida o el florecer del cerezo.

lugares hipnóticos. Miyahima.

He tenido la suerte de sentarme a la mesa por toda España con mis amigos, mi mujer, y solo. Santceloni para empezar el año y celebrar mi primera despedida de soltero, fue un arranque estupendo, aprendiendo lo que es una sala excepcional, y ejemplo a seguir para cualquier hostelero. Que mis amigos de Alicante me lleven de ruta por el inmutable Nou Manolín, una barra inagotable donde se respira producto y buen ambiente, y otro día de excursión a Madrid y pisar Club Allard, una comida mejorable que gana enteros con una buena selección de vinos y unos amigos estupendos, y luego yo les enseñe las virtudes de La Venencia o Alabaster

Sólo por esto merece la pena ir a Santceloni.
Visitar Ricard Camarena para celebrar el cumpleaños de un amigo de las cocinas como es Vicente y reafirmarse en que es quizá el cocinero más en forma de la Comunidad Valenciana. 

El nuevo proyecto de La Rodrigo con Nómada y hacer que ir a un centro comercial coja un punto atractivo, a parte de alguna que otra visita a La Salita y ver como se van cumpliendo sus propósitos con tesón y esfuerzo. 

Sentarte a la mesa de la nueva estrella de la provincia de Castellón, con una evolución meteórica en los últimos 3 años hasta llegar al premio, fenomenal Raúl Resino

Vivir una experiencia diferente a la mesa más particular de Valencia de manos de unos amigos argentinos como son Germán y Carito, un proyecto que alegra la vida valenciana en Fierro. Es inolvidable la sensación con la que uno sale de allí, es la constatación de que la cocina y el vino unen. 

1 mesa, 12 comensales. Fierro es especial.
Y en Valencia tampoco hay que dejar escapar pisar cuando se pueda Saiti, Vicente Patiño es valor seguro. Nozomi ofrece lo más cercano a Japón que se puede probar hoy en día en cuanto a sushi. Rodamon de Ruzafa, merece una nueva visita y explorar con más detenimiento sus cartas, tanto la de cocina como la de vino (más esta segunda). Y como no piloto de cocina mejicana (espero subsanarlo algún día), La Llorona me parece una taquería que hay que pisar, por la oferta y calidad de sus tacos, aunque no sé si realmente son 100% Méjico puro. 

Cerca de Valencia, bajando un poco más está el lugar donde probar un producto único como la gamba roja de Denia en El Faralló en Denia, nadie la hace igual, unas gambas capaces de alegrar el día más oscuro.

Como la gamba de El Faralló no hay nada.
Un recorrido a través de 7 copas por los viñedos de Alemania de la mano de Michael Whör traído por Modesto y hacer una memorable cata y cena en Arbequina que se queda en el recuerdo, Arbequina que pone la nota más triste al anunciar su cierre.
En Castellón sólo Arbequina puede ofrecer algo así. Lo echaré de menos.

Otra visita a esa casa inolvidable que es El Celler de Can Roca, menos intenso que en otras ocasiones, pero siempre únicos.
Los aperitivos en homenaje a su madre. El Celler de Can Roca
Descubro un poco más Barcelona (y cuánto me queda por conocer!), con la cocina de Jordi Vila en Alkimia, que ofrece el menú degustación en el espacio más ecléctico con una cocina cautivadora que ha sido de las más sorprendentes del año, pero la que fue mi revelación vino con Rafa Peña y su Gresca, producto, 2 condimentos y una carta de vinos para bucear días y días. 

El sabor del hedonismo en Alkimia
De todo lo que puedo elegir de Gresca, esta berenjena. Un lugar para ir, ir y volver a ir.
Escapadas a Alicante donde Sergio Sierra siempre tiene preparada alguna copa de espumoso y una cocina que simplemente me tiene enganchado en El Portal y Teatro Bistro y grata sorpresa la apertura de Murri, recuperando en sala a un fenómeno como David Rabasa

Conocer el sur de España y quedarte prendado de las infinitas playas y su brisa en Barbate y conocer el atún como solo El Campero puede hacer, y conocer el mar en Puerto de Santa María como solo Aponiente lo entiende. Pero conocer parte de la historia de España sobre una mesa sólo lo puede hacer Paco Morales y Noor con la recuperación e investigación de la cocina andalusí y los reinos de Taifas (y sí, el mejor pichón se come allí, no busquéis más).


Un tesoro de nuestros mares que nadie trabaja mejor que El Campero. Barbate.

Un restaurante 10 que cala hondo y vive de y por el mar. Aponiente. Puerto de Santa María.
Puede haber muchos pichones, pero sólo hay uno como el de Paco Morales en Noor
Y del sol del sur al sol del Norte, un entrañable reencuentro con la cocina de Zuberoa, donde lo atemporal de su cocina siempre enamora, la magia que solo se respira en Mugaritz, un auténtico creador de experiencias, o lo sublime de un producto y un elemento, como el rodaballo y las brasas de Elkano

En los platos, creo que también se nota si se es buena gente. Arbelaitz lo refleja. Zuberoa forever!.
Mugaritz sabe poner punto a su menú. Adiós postres o no?.
Una casa de producto excelso. Elkano. Getaria
Y vivir la apertura del restaurante de unos amigos quizá se haya convertido en el momento más emotivo de este año, sé que Arrels en Sagunt será un restaurante a seguir y que aparecerá en guías y revistas. 

Nuevas generaciones con proyectos ilusionantes. Arreos en Sagunt.

Y lo que me he dejado por decir, de este año (si lo pusiera todo creo que no acabaría nunca) y del año anterior, que si me gustaría recordar, como el desaparecido 4 amb 5 mujades, ahora absorbido por Suculent, con su concepto de priorizar el vegetal y poner en 2º plano la proteína en cremas, caldos o salsas. Casa Marcelo en Santiago y una linea desenfadada a pies de la Catedral, en la que tanto un peregrino como un ejecutivo pueden codearse y compartir el lenguaje de una buena cocina. 
4 amb 5 mujades, un cierre inesperado que mereció la pena conocer. Los callos sin callos, una delicia.

Hueco especial a Alabaster en Madrid, uno de mis primeros grandes momentos gastronómicos fue en La Terraza del Casino por el 2011/2012, donde conocí a Fran Ramirez y desde entonces mantenemos una buena relación y fue un grato placer verlo encabezar este proyecto que se ha hecho un hueco a base de buen trabajo en una ciudad como la capital, le debía un artículo tras 4 visitas al restaurante, pero ya no será posible, por el momento.
La cocina de Alabaster es valor seguro, a la que hay que sumar una atención que hace que crezca aún más.

Y así ha sido mi año, expuesto un poco desordenado, pero tal y como ha venido. Un año muy intenso, y 7 años de blog que lo han sido, en los que he recorrido la geografía nacional y mundial aprovechando la oportunidad para sentarme a tantas mesas pudiera en Nueva York, Perú, Inglaterra, Holanda, Italia, Japón... he conversado con mucha gente de la cocina y el vino, he disfrutado y he aprendido mucho. Desde a juntar 4 palabras seguidas, a pensar antes de escribir, a estudiar antes de hablar y respetar ante todo el trabajo que hay detrás de cada una de las mesas a las que me he sentado, para hablar siempre con el mayor conocimiento de causa al que he sido capaz de acceder y con la visión más independiente que he podido.

En este camino también he hecho grandes amigos a través de esta afición del plato, la copa, el mantel y las letras. Y los que seguro seguiré haciendo, porqué la mesa une.

Cierro Buen Gusto Club Social con mucha pena, pero sé que es un punto y a parte. Quizá en no mucho tiempo, cuando me organice mejor, retome la afición por escribir, recupere los viejos artículos y anuncie una vuelta con la que pueda estar más comprometido, o no. Quién lo sabe.

Mientras tanto seguiré dando por saco por instagram, que esa vía es más inmediata pero menos reflexiva como @juanch79.

Y como de esto uno no se quita nunca, seguiré leyendo a quien lo hacen mejor que yo, y de quienes se aprende mucho. Philippe Regol, Jorge Guitian, Capel, Maribona, revistas como Apicus, 7 Canibales, Gastroeconomy... y la cantidad de figuras de las redes como @gontomar, @sanchezburgos, @vespins, @gourmetilla, @jesusfdezprieto, @Misterespeto, @evernacci, @2001_fede, @mingopablo, @estrellasinmichelin, @bonbibendum...

Nadie hace maridaje como Mugaritz. Un brindis por todos vosotros.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.

jueves, 2 de marzo de 2017

DiverXO 2016. La vanguardia ha muerto.

La vanguardia ha muerto, así es si seguimos la máxima de Muñoz, en la que la vida es vanguardia o morir. O por lo menos así fue en mi última visita.

He seguido el camino de Muñoz desde que fui en 2012 con mucha atención, pues me pareció auténticamente revolucionario en ese momento, por encima de otros biestrellados en su día. Su línea de cocina, su estética, la sala capitaneada por Montero y un montón más de virtudes. La tercera estrella me parecía merecida por todos esos recuerdos que guardaba. Aunque con la tercera se agravó el mensaje rompedor y transgresor, llegando desde mi punto de vista al desprecio del trabajo de otros compañeros, véase el vino emplatado, las discusiones con Achatz o enfrentamientos con anónimos en redes sociales (las mismas que él despreciaba)... se había construido la imagen de marca, ese chico malo que es tan atractivo, y además con la seguridad que te da ser muy bueno en lo tuyo. Y para finalizar el documental de 4 episodios emitido en TV que muestra parte de las facetas de David (me parece muy bien saltarse las normas, pero las de ortografía intento respetarlas).

Pues con esa controversia interna llega el día señalado en el calendario, el grupo que el año pasado nos reunimos en Girona para El Celler de Can Roca nos reencontramos en Madrid con un unas incorporaciones más. Somos puntuales como marca la entrada... y empieza el show o "XOw". Lo que pasa es que al igual que en el fútbol o el cine, las visiones personales no siempre pueden cuadrar con el espectador, y en esta ocasión con nosotros no caló, o por lo menos al mismo nivel que fue El Celler, y aunque esté feo comparar, son las referencias que tenemos lo que nos hace SENTIR si la experiencia fue mejor o peor y más a esos precios.

Percibí un desequilibrio notable entre cocina, vino y sala, las tres patas de la mesa cojeaban. Desde la mesa privada con el cortinaje y la música castiza para reflejar el primer lienzo con la versión del desayuno el lujo de la capital, en el que los sabores me parecieron muy tibios. Pasando por el Cocido madrileño en 3 vuelcos Madrid-Tokyo o la versión del "Aloz amalillo" de conejo y liebre que me recordaba a otras elaboraciones ya conocidas. Hubo platos sobresalientes como el viaje de ida y vuelta a Singapore pasando por la costa brava. con el Chilli Crab en adobo andaluz y debajo el suquet de papa canaria, kokotxa y berberecho... Un ejemplo de esa cocina de contrastes de sabores que tanto predica Muñoz, con mucho juego de texturas y color. Un estupendo lienzo y el más cómodo de todos.Y el Lienzo de salmonete de roca con shitake encurtido y cacahuetes indonesios, fue otro gran ejemplo de unión de culturas y sabores. Pero a parte de eso, lamentablemente para mi, no encontré mucha más magia. Los lienzos me parecen un engorro al montar plato sobre plato para completar "el cuadro" que es cada uno de los platos. Y ya no creo sea tanto un error, como dijo el propio Muñoz, si no quizá un elemento más pulible.

Pero quizá la comida nos dejó un sabor agridulce por los tiempos de espera entre lienzo y lienzo, lo que cortaba por completo el ritmo, y dando la sensación de falta de coordinación. Algo que por ejemplo en calle Pensamiento me pareció algo de lo más eficaz y dinámico. Sorprende también que a la hora de ofrecer los diferentes menús, se haga tanto hincapié en consumir el intermedio, y desaconsejando explícitamente el largo, por ser demasiada comida para la gente normal. Al ir 6, sabe mal imponer a todos el largo por lo que ante estos consejos optamos por intermedio, pero es curioso tener un producto en la carta y no ofrecerlo con confianza. Y visto lo pasado uno no sabe que pensar.

Podemos quizá achacar el desajuste a la presencia de Achatz, y el exceso de trabajo, y seguramente sea un momento puntual. Pero con el nivel de exigencia que ellos mismos se autoimponen junto con el que el cliente y la competencia aplican, la experiencia no cumplió expectativas.

Al mismo tiempo el concepto de vanguardia uno ya no sabe como interpretarlo. Si vanguardia es adelantarte a la tendencia, caminar delante de la moda, ser la cabeza visible de lo que va a venir, rompedor de normas y reglas... Muñoz no me lo parece, presenta cocina fusión que ya la practicaba su mentor Abraham Garcia, o Hakkasan donde se formó, o Nobu, o... no hay desarrollo de nuevas tecnologías o de técnicas, la sala no es una revolución o al menos no lo es en positivo. Vemos un buen juego de contrastes de sabores de extremos, vemos un look más desenfadado, menos encorsetado que otras cocinas de mismo reconocimiento, podríamos llamarlo transgresor, pero a mi ver, no lo podemos llamar vanguardia porque no veo el hilo conductor conceptual que lo lleve hacia ese calificativo como sí lo he apreciado en otros.

No quita esto que siga considerando a Muñoz un maestro del fogón, 2012 se queda en mi memoria como una de las grandes experiencias que he vivido. Y etapas pasamos todos, mejores y peores. Seguramente en una próxima ocasión (que seguro la habrá), la percepción será distinta como me ha pasado con otros.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.

PD: Este texto es tal cual lo guardé en borrador y pertenece a Febrero 2016. Cada vez me va pareciendo más adecuado contar las experiencias tal cual las vivimos, positivas y las que serían mejorables. Esta pertenece a las segundas y no por ello es menos válida.
























viernes, 2 de septiembre de 2016

La Tasquita de Enfrente, un microteatro de arte culinaria

En Madrid hay para mi una pequeña obra de arte en 4 paredes. La Tasquita de Enfrente. Uno de esos locales con un encanto especial, embelesador, embaucador, embriagador... Que conquista con sutil sencillez basado en el producto y elaboraciones sin complicaciones ni pretensiones, pero que consiguen la excelencia en cada uno de los platos, o al menos los que probamos.

El frio nos proporciona productos como la caza, y apetecen platos calientes. Así los famosos callos hicieron honor a su fama. suaves con sutileza en los picantes, y esa melosidad de "pcha!!!" de despegar los labios, o la paloma torcaz con setas, cassis y crema de patata, de carne tersa, rojiza intensa y poco hecha, desprendiendo sabor a caza. Antes un tratar de tomate con anchoas de serio nivel. Para terminar una versión de la torrija.


Son famosos los callos de La Tasquita
Pero aunque la comida sea excelente lo que cautiva es el entorno, las paredes que reflejan historia, grabados, laminas, garabatos de los diferentes ilustradores ilustres que han pisado esta casa. Si le sumamos un servicio de sala en manos de Abraham, un auténtico anfitrión, lleno de desparpajo, elegante y que te invita a dejarte llevar con mano sibilina, la jornada se redondea.

Es ese ambiente bohemio atractivo que te invita a no levantarte de la silla en ese salón. Que aunque estrecho no percibe uno el agobio de los compañeros de al lado porqué cada uno vive en esa casa en su propio mundo.

Gocé mucho en La Tasquita, y me gustaría poder darme el gusto de pasar más tiempo y disfrutar de alguno de los interesantes vinos de la carta.

Se entiende porqué es una de las casas más visitadas por los profesionales del sector cuando hay congresos en Madrid.

Besos para vosotras y un abrazo para vosotros.

PD: Dejo de lado por un instante la línea de Perú, a la que aún le quedan un par de artículos, para retomar algunos sitios que quedaban en los borradores. Éste es uno de ellos, un sitio con un encanto especial que visité en Octubre de este año pasado.

anchoa con tartar de tomate


Paloma torcaz

Torrija

lunes, 19 de octubre de 2015

También en Instagram

Buenas a todos. 

Como habréis visto, ha habido una nueva actualización en la página en la barra lateral, he añadido la cuenta de Instagram. Una forma de estar más actualizado de las múltiples visitas a diversos restaurantes que he ido realizando con pequeñas crónicas a pie de cada foto, que más adelante se convertirán en artículos a publicar. 

Podréis ver ejemplos como el paseo por Italia y sus trattorías, la visita a Osteria Francescana de Bottura, el paso previo en Madrid por Altrapo de Paco Morales, Alabaster, La Tasquita de Enfrente, Viridiana... o pendientes por publicar como Saiti, Momiji o La Traviesa.

Espero que esta actualización compense en parte la falta de periodicidad de publicaciones, pero entre vacaciones y trabajo, me resulta cada vez más difícil mantener una regularidad. Os pido disculpas.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Triciclo. Un proyecto inteligente y Kerouac

Buenas a todos

En el mismo día de la visita a Santceloni previamente fuimos a comer a un local sobre el que se ha escrito mucho, por una oferta gastronómica variada, accesible y adaptada a las necesidades actuales para que el cliente pueda permitirse probar su cocina. Simplemente un proyecto inteligente.
Gatoteca

Este local es Triciclo (C/Santa Maria 28, "barrio de las Letras" Madrid, tlf: 910249748. web:www.eltriciclo.es), tuve suerte con la reserva que hice 1 semana antes, al llegar a las 14:15 (15 min más tarde de mi reserva) el local ya estaba todo reservado, y solo opción a comer en barra, pero nuestra mesa aún conservaba la reserva. La culpa la tiene que nos entretuviéramos visitando la Gatoteca, sede del grupo Abriga para adopción de gatos de la cual Patricia es socia y nos hacía especial ilusión visitar. Muy recomendable si sois amantes de los gatos, tenéis en Madrid el oasis felino.


Lo primero que me gustó fue el local. Decoración rural, naif incluso, y con el servicio de sala a juego, vaqueros y camisa a cuadros, muy en la línea moderna del hipster o "jister". El personal de sala, por lo que he leído, está compuesto también por cocineros, lo que ayuda a que la explicación de los platos sea más sencilla. Bastante personal por cierto, y con algo de desconcierto al mismo tiempo. Si bien es cierto que obviamente nos lo explicaron todo, quizá se echaba en falta un poco más de alegría, demasiada seriedad en un local que tiene esta imagen tan informal y distendida.


vajilla en TriCiclo

Muy de agradecer el poder optar por 1/3, 1/2 y ración completa, dando la oportunidad de probar varios platos. Inteligente también la división del mercado en Triciclo, productos que requieren de escasa elaboración, Un paseo en Triciclo, cocina elaborada de corte más tradicional y Un viaje en Triciclo, cocina del mundo adaptada según su forma de verlo, con pocos elementos en cada uno (unos 6 platos por etapa), a parte de las sugerencia y platos fuera de carta, que van modificando según temporada.

La cocina me pareció muy cuidada, bien parida, bien pensada y bien ejecutada. Tomamos ostra natural y con leche de tigre, pienso que es mejor dejarlas como están, tiradito de corvina, con un pescado terso y de buen corte, molleja de ternera tierna y sabrosa, setas y huevo de corral para mojar pan y no acabar, steak tartar, bastante bueno, aunque me gustan más picante, e incómodo la tosta que se parte y uno se deja la manga hecha un Cristo, costilla de cerdo con encurtidos, una conjunción muy acertada el encurtido con la carne de cerdo, y el mejor para mi, el anticucho, picante, tierno, sabroso con el arroz para suavizar. De postre un digestivo y refrescante de frutos rojos y uno no tan digestivo pero estupendo arroz con leche (del que también hay media ración).

Y todo a un precio más que aceptable, teniendo en cuenta que comimos hasta reventar (lo que me hizo temer por la cena...). Este proyecto de Javier Goya, Javier Mayor y David Alfonso, 3 cocineros amigos que tras pasar por algunas de las grandes cocinas del país como es la de Nacho Manzano en Casa Marcial (Arriondas, Asturias), han conseguido conquistar al público madrileño y a todo aficionado a la cocina, incluyendo a grandes figuras como David Muñoz (sé que es Dabiz, pero me resisto a escribirlo así) que apostó por ellos como compañeros de viaje a NYC como ya comenté en el artículo de Santeceloni.


Por estética y por sus viajes en Triciclo, me recuerda a On the road de Kerouac, un viajero de costa Este a Oeste y viceversa de la geografía estadounidense, donde las verdaderas historias se cuajaban en los pasos intermedios. Donde sobreviven para poder desarrollarse como personas, o las personas que quieren ser, siendo realmente elementos marginales por voluntad propia de la sociedad en la que estaban obligados a vivir. El origen del auténtico hipster está ahí. Como lo hace TriCiclo con una vía alternativa de buena cocina y buenos precios en un Madrid cada vez más cargado de competencia culinaria, pero con la diferencia de que ellos cuentan con la aceptación del público.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.




Ostras, natural y leche de tigre

Tiradito de corvina

Molleja


Steak Tartar

Cerdo y encurtidos


Helado y frutos rojos