viernes, 30 de enero de 2015

El Frontón, el templo de la alubia de Tolosa.

Buenas a todos.

Mi primera parada en mi viaje en solitario a San Sebastián fue a la localidad de Tolosa en busca de las afamadas alubias, y el local más representativo de las mismas es este, El Frontón (Paseo San Francisco 4. Tolosa, Guipúzcoa. tlf: 943652941. web: www.restaurantefronton.com) en manos de Roberto Ruiz desde hace más de 20 años. Eran las referencias que tenía a través de su paso por Madrid y que dieron cuenta Jesús Fdez Prieto y Carmen Artola en su día y antes de ello verlo en las cocinas de David de Jorge en RobinFood en sus días de Eitb lo que me hicieron decidirme por hacer parada y fonda en este local. 

Iba con el tiempo al cuello, pues desde Castellón a Tolosa hay un trecho, por pronto que uno salga de casa. Así que sin reserva me plante el martes 2 de Diciembre en su local a eso de las 14:45-15:00, fácil de encontrar pues está en una de las calles principales del pueblo, y para mi sorpresa, por ser día entre semana, lleno. Pero no me quedé sin sitio, pacientemente esperé en la barra a la espera de que hubiera mesa.

Ambiente distendido el que se respira en este local, y muy amable el servicio que hizo la espera más llevadera.

Una vez a la mesa, la carta, e iba a lo que iba, en busca de las alubias que entraban en el menú del día, un primero, segundo y postre por 20€ a sumar IVA, con bebida incluida, en la que gentilmente dispones de una copa de vino tinto navarro, y la botella de acompañante para que la llenes según gustes. No era el mejor, pero os aseguro que mucho más noble que algunos que están en cartas a precios desorbitados para lo que llevan en su interior.

Y vienen las famosas alubias, viudas, brillantes y con guarnición de piparras en aceite y sal, no hay sacramentos, pero no hacen falta, son sabrosas, sacian y los contrapuntos agrios y picantes de la piparra hacen el resto para que el plato se vista de fiesta. De segundo jamón cocido a la plancha con guarnición, en el que entran pimientos de padrón, y alguno traía premio... Plato sin complicaciones y bien hecho. Y para terminar torrija con crema que estaba de vicio. No es que fuera el final más ligero, pero la ocasión lo merecía porque era mi primer día de viaje, y alegrar el estómago es alegrar el alma. 

Lo que pude probar, y el ambiente que vi, dejó evidente muestra de que se cocina excelentemente bien en esta casa, un local ajustado a lo que ofrece y modelo que funciona como muestra el salón lleno. Cocina centrada en minimizar la manipulación del producto, y que sea él mismo el que hable por su cuenta. La misma receta de las alubias deja claro esta premisa. Y para que así lo comprobéis os dejo el video del paso de Roberto por Robin Food.



Así que tras pedir la cuenta, bien alegre seguí ruta hasta San Sebastián para continuar con mis gastro-excursiones, no sin antes hacerme acopio de un par de sacos de alubias que en el mismo local puedes comprar y que pertenecen a sus propios cultivos, porque esa receta hay que hacerla en casa y disfrutar de la diferencia de un buen producto con el común.

Desde mi parecer, fue una acertada parada premeditada poder disfrutar de esta fugaz comida en El Frontón de Tolosa, porque además dio pie a conversación en Akelarre, pero eso es otra historia. Una buena cocina para disfrutar a mesa y mantel.

No hay fotos porque me quedé sin batería, pero eso no me priva de poder contar, aunque de forma breve, la experiencia.


Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.


viernes, 23 de enero de 2015

El Celler de Can Roca, el gusto de probar la felicidad. Y Dr. Francisco Ripollés

2º visita que hago en este viaje que es la vida al templo por antonomasia de la cocina nacional y mundial, vuelvo a El Celler de Can Roca (C/Can Sunyer 48, Girona tlf: 972222157 web: www.cellercanroca.com)

El Celler de Can Roca
Todo se gesta desde la casualidad, una llamada en la que me dicen que sobra un hueco en una mesa de amigos y si tengo el gusto de ocupar su sitio. Se mira calendario, se ve que es posible y enseguida se confirma mi oportunidad de volver a visitar el restaurante que más ha supuesto hasta la fecha para mi y que supuso la realización de una de mis ilusiones.

Volver a El Celler en compañía de amigos es la superación de una experiencia, vivir la ilusión de los amigos tras haber paseado previamente por la ciudad, tomado cervezas en el River Café, y comentado lo que iba a ser la cena más relevante hasta la fecha.


Llegar a El Celler de Can Roca es llegar a una fiesta. Los diferentes grupos de mesas han posado previamente en el mural de entrada junto al nombre del local, comienzan las risas y en parte afloran los nervios, pero sobretodo se respira emoción. 

Es entonces cuando seguimos las luces cual camino de baldosas amarillas que nos guían hasta la entrada, y en la puerta nos recibe el propio Joan Roca, antes de pasar a nuestra mesa. 

Aquí por lo que se ve hubo una confusión y nos montaron mesa para 2 en vez de para 4. Hasta en los mejores sitios se cometen errores, pero es en como se solucionan lo que hace de un sitio lo que es, el restaurante más importante del mundo (al menos del mío, guía Restaurant a parte), así que para solventarlo mientras se ampliaba la mesa, pasamos a la terraza cubierta y disfrutamos de una copa de cava Albert i Noia edición embotellada en exclusiva para El Celler de Can Roca. Desde esa sala, a parte de relajarnos y contar cuatro o cinco chorradas con las que reírnos, se podía ver el salón donde la gente estaba cenando, viendo de todo, desde palos de selfie en una mesa de gente joven hasta familia completa o mesas de parejas, todas con un elemento común, todos se lo pasaban bien (o eso parecía).


Tras la copa, visita turística por la cocina de mano de Marta, la que fuera nuestra anfitriona como guía por cocinas como a la mesa, siendo ella nuestra camarera en jefe. A la entrada de cocina, de nuevo Joan Roca, que nos dio la bienvenida de nuevo con un "estáis en vuestra casa", y así es como nos sentimos realmente. Pudimos ver la separación de las diferentes partidas, desde fríos, aperitivos, carnes y pescados o zona de producción, con sus escritos en pizarras de su organización. Eché en falta el rotaval, y algunos otros elementos que sí pude ver en mi visita anterior, pero creo estarán en la nueva zona de I+D+i que han hecho cerca de casa. 

Y tras la visita, esta vez sí, a la mesa para empezar a cenar.



Las 3 rocas que representan a los hermanos

Escabeche de percebe y ceviche de dorada

Así por ejemplo en snacks, se repiten 2, 1 la oliva caramelizada y la vuelta al mundo, aunque en esta ocasión los países son diferentes, viajando pues en 5 bocados a Corea, Marruecos, China, Turquía y México, 5 pequeños bocados que trasladan en su sabor a cada uno de esos sitios aunque no los conozcamos, en especial México con su taco de mole poblano y guacamole me conquistó, como en un taco tan pequeño puede haber tanta intensidad. O el coral, con una vajilla muy representativa y las 2 cucharadas de Escabeche de percebes (1ª vez que pruebo el percebe) y el Ceviche de Dorada, 2 bocados marinos sutiles pero potentes. Espectacular. O terminar con unos explosivos bocados de trufa, todo ello acompañado por el mismo cava que habíamos estado tomando antes.


A partir de aquí empiezan los platos y el maridaje, coordinación ideal entre Marta, nuestra anfitriona y Belenguer, nuestro sumiller. Buen tándem, y bien armados de paciencia, pues entre preguntas, fotos y cosas debieron acabar hasta el gorro, o quizá no y se lo pasaron igual de bien que nosotros, así que nos haremos a la idea de que fue lo segundo, que además es lo más probable.

Gamba de Palamós
Alfombra de castaña con anguila
Así pues pasan por delante nuestro y por nuestros gaznates consomé de invierno, un plato cromático con múltiples picos de sabor, desde frutos secos como la avellana a remolacha, nabo o granada en una sopa fría. Nos sorprende de nuevo con un corte de helado, guiño a al clásico de los domingos de fresa, nata y vainilla, pero en 3 usos de maíz, del fermentado, cuitcaloche (un maíz propio mejicano) o cocido. Una aromática alfombra de castañas con anguila, un juego de textura cremosa con la carnosidad de la anguila, y que con unos golpes de cuchara sobre la membrana de la vajilla liberaba humos de castaño. La caballa con encurtidos y huevas de mujol, plato fresco que juega con el contraste grasa de la caballa y los encurtidos, llevado a la máxima expresión, visual y de sabor. No podía faltar el homenaje a la gamba de Palamós (cada vez que la pruebo no puedo evitar acordarme de mi amigo Manuel Peinazo que es de allí, y el festival que nos dimos un día en su pueblo a base de marisco), una vez más sublime, potencia a toda máquina, sedosa la gamba y la crema de su cabeza puro néctar. Pero si pensamos que no se puede subir más tras el clamor que supuso el plato anterior, se nos saltan los ojos al probar la ostra con anémona, ese plato es la definición en si misma de la elegancia, un traje de alta costura, sedosa entrada de la ostra bañada en una salsa de anémona que se agudiza con el ácido de la manzana verde, se amolda el yodo con la arena de ajos, un plato top 2015. Y de ahí pasamos a uno de los platos que más espero, donde el protagonista es el vino, en este caso Chardonnay, con una raya confitada con aceite de mostaza, mantequilla noissete, miel, vinagre de chardonnay, bergamota, mostaza aromatizada, tápelas confitadas y avellana ahumada. Un interesante juego de unir virtualmente el plato y la copa. Y no puede faltar una de las características de la cocina girondina o gerundense, Mar y Montaña con sardina con papada, caldo de las espinas a la brasa, salsa de cochinillo y aceite de perifollo, quizá el más flojo, el poder de la brasa de espinas se llevaba por completo el resto del plato, pero que no dejaba de estar bueno. A partir de aquí pasan las carnes, como el cochinillo ibérico con madroño, granada y boniato, 5 cojonudas láminas de cochinillo hechas perfectas, crujientes y mantecosas a la vez. Vibrante el Jarrete de ternera con perrichico, tuétano, tendones, aguacate y trufa, un fondo que justificaba el abuso de pan que hicimos (el pan merece mención a parte), y terminamos con una Trilogía de pichón, invierno y caza van de la mano, y en esta casa no iba a ser menos, el falso corazón de pichón y nube de arroz, textura similar a la de la casería y cargado de sabor que se suaviza gracias al arroz, la morcilla y pechuga de pichón Tatjé (granja de Manresa) y el caldo de pichón, la concentración de la esencia del pichón en formato líquido.

Ostra con anémona

Una vez pasada la fase de salados, entramos en el mundo dulce, con el helado de masa madre, donde sorprende la presentación,  con un simulado masa madre en movimiento, Cromatismo naranja que refresca todo el despliegue previo y la Anarkia de chocolate donde se juntan hasta 14 elementos diferentes haciendo de cada bocado un postre distinto.

Helado de masa madre
Decía el pan merece apartado propio. Yo soy poco consumidor de pan, pero en esta casa entre las 5 ó 6 variedades que ellos mismos elaboran, junto con lo bueno que está (el brioche de tomate no dejamos ni uno en varias ocasiones) lo convierte en un paraíso para el que sea amante de esta unión de harina, agua y levadura.

El apartado de vinos viene muy marcado por carácter local, con varias DO próximas como Conca de Barberá, Priorat, Pendes o Côtes Catalanes. Y por los numerosos vinos de elaboración ecológica y algunos biodinámicos. Yo me quedé prendado del Chardonnay Comte Lafon 12 y del Sake Katsuyama Goznshu Gen que acompañó al postre de helado de masa madre, que le iba al pelo, sin ese encabezado alcohólico licoroso que tienen muchos, siendo suave y con mucho recuerdo a lichi. En este tema, Belenguer hizo un trabajo ejemplar, nos explicó muy bien cada uno de los vinos y sus características sin caer en el aburrimiento y haciéndolo muy participativo.

La lista fue la siguiente:

  1. Albert i Noia Cava El Celler Brut DO Penedés
  2. Marchal Sierra Nevada
  3. Bassots 11 DO Conca de Barberá
  4. Ökonomierat Rebholz vom Rotliengenden Trocken 07 Spätlese VDP Pflaz
  5. Matassa 12 Vin du Pays des Côtes Catalanes
  6. Heymann-Löwenstein Uhlen "R" 06 Magnum VDP Mosel
  7. Solear 13 saca de invierno DO Manzanilla San Lucar de Barrameda
  8. Comte Lafon 12 AOC Mâcon Milly-Lamartine
  9. Carles Andreu 12 Trepat DO Conca de Barberá
  10. Les Foulards Rouges Frida AOC Côtes du Roussillon
  11. Clos Manyetes 04 DOQ Priorat
  12. Remirez de Ganuza Rva 05 DOC Rioja
  13. Sake Katsuyama Gozenshu Gen
  14. Tokaji Oremus 3 puttonyos 08
  15. Café Panamá/PX La Cañada Sierra de Montilla Perez Barquero

Sin lugar a duda, se vuelven a superar las expectativas creadas, tanto si es la primera vez que uno va, como si es la segunda, y me atrevería a decir que una tercera y cuarta. Son días que se quedan grabados en la memoria por siempre, o al menos por mucho tiempo. Días que independientemente de lo que ocurra a tu alrededor nada sería capaz de estropearlo, uno se aísla en un aura de buen ambiente, armonía con los amigos y en la que el propio equipo de El Celler forma parte de ella.

Un dispendio que merece la pena hacer una vez en la vida, si esto de la cocina y la gastronomía es una de tus aficiones o pasiones, el peregrinaje a La Meca, del que yo me llevé mi recuerdo físico en la dedicatoria en mi libro de "Cocina con Joan Roca", estupendo libro de cocina que todo aficionado debiera tener en su estantería y leérselo (si uno no se lo lee, no aprende).

"Estimado Juan, deseo que disfrutes mucho de la cocina. Con afecto, Joan Roca y Josep Roca"
Y no podría terminar de otra manera que haciéndole un homenaje a una persona que nos dejó hace poco y del que me acuerdo muchas veces cuando voy a restaurantes. Un compañero de trabajo ejemplar, que convertía todo ambiente en un lugar cómodo, agradable y simpático, igual que ocurre en El Celler. Un señor con todas las letras que también disfrutaba de esta afición, y además lector de esta página. Y que me recriminaba que no escribiera artículos nuevos los tiempos que estaba parado, o me pedía que le recomendara algún sitio, o que le dijera de verdad si merecía la pena alguno de los locales pisados. Un aficionado a las burbujas, Champagnes y Cavas y que cada viaje que hacía estaba en parte condicionado por la mesa a la que se iban a sentar. Una persona que supo disfrutar de la vida sin esperar a la jubilación, y por eso da más rabia que se haya ido, porque la hubiera disfrutado mucho mejor de lo que muchos de nosotros lo pudiera haber hecho.

Seguro que este artículo es de los que le hubiera gustado y hubiera dado que comentar, y ojalá así fuera.

Estés donde estés, un fuerte abrazo Paco.

En honor a Dr. Francisco Ripollés Causanilles.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.

PD: Muchas gracias a Iván, Isabel y Almudena por pensar en mi para acompañaros y poder disfrutar de esta inolvidable jornada.



Visita a la cocina

Oliva Caramelizada
Comerse el mundo


Bombón de Carpano

Crujiente de maíz con corteza de cochinillo ibérico

Bombón de trufa y Brioche de trufa

Consomé de invierno

Helado de 3 gustos de maíz

Alfombra de castañas con anguila

Caballa con encurtidos y hueva de mujol

Raya confitada

Mar y Montaña

Cochinillo ibérico con madroño, granada y boniato

Jarrete de ternera

Trilogía del pichón

Trilogía del pichón

Helado de masa madre


Anarkia de chocolate






lunes, 12 de enero de 2015

Roka, exitoso japonés en la city

Tras disfrutar de Amsterdam, cambiamos de capital a una mucho más movida, lo opuesto a la tranquilidad holandesa. Vamos a Londres, ciudad por la que tengo predilección y en la que es imposible pasarlo mal, siempre y cuando no te falte dinero.

Como capital economica mundial que es, junto con Nueva York. También lo es en lo que a gastronomía se refiere. Si bien la cocina inglesa no es la más apreciada, sí es verdad que la pluralidad cultural que reina en Londres la hace, probablemente, la capital europea gastronómica, con referencias de todo el mundo y de todos los precios.

Lo ideal quizá hubiera sido poder ir a cenar a Dinner de Heston Blumenthal en el Hotel Mandarin o Ledbury en la zona de Portobello, pero nuestro plan de viaje tenía objetivos menos pretenciosos. Pero a quien pueda interesar, ambos restaurantes cuentan con un menú lunch de 3 platos por precios bastante asequibles.

Así que, al igual que hicimos en Amsterdam, elegimos un sitio que nos acomodara a los 2 para darnos un gastrocapricho (dando cierta preferencia a Patri). Y como tenemos cierta filia por la cocina japonesa, buscamos y encontramos en base a las recomendaciones de Gastroeconomy, Roka en 37 Charlotte street. Y ciertamente el consejo fue muy acertado.

Local de moda, lleno y con lista de espera (me recordó a Hakkasan de Mayfair, de hecho Rainer Becker fue asesor de Hakkasan antes de abrir Zuma), así que esperamos en el lounge Shochu (os recomiendo ver el enlace para que os hagáis una mejor idea del conjunto) del sótano del propio local, por indicación de recepción.

Aquí tanto puedes tomar el aperitivo, como la copa de después y/o comer de forma más informal, con decoración de pub underground como se puede ver en estos graffiti que decoraban una de las paredes.

Así que tras un par de Asahi negra (la carta de cervezas y vinos es bastante amplia y aceptable) nos vienen a buscar para avisarnos de que nuestra mesa ya está disponible. El ritmo de remonte es frenético (nos comentaron que se mueven entre los 3-4 remontes por turno) tenemos suerte y cogemos barra con vista a cocina central, parrilla, corte, escaparate de pescados... y podemos ver el trabajo en directo.

Barra en marcha
Para no complicarnos la vida decidimos menú de temporada de 12 platos. Roka presenta una cocina, que sin ser purista combina elementos y sabores propios de la cocina japonesa, hace un recorrido por sabores frescos vegetales, a pescados en crudo a brasas y tempuras, para terminar con una selección de postres. De lo probado me quedo con los cortes de sashimi y con los platos de brasa, tanto las altas de pollo como el espectacular pescado, lomos de dorada bañados en miso con cebolla morada, la textura del pescado, tierna y poco hecha con el dulzor que dio la brasa al miso y el encurtido de la cebolla, me pareció un gran plato. Como curioso los nigiris de cangrejo de concha blanda con kim chi y mahonesa picante. Además es interesante y curioso ver como el jefe de cocina va marchando y oír los "oídos" al unísono del resto de la plantilla.

Sashimi y butsugiri de atún (tacos de atún) aliñados con soja y con aguacate

Alitas de pollo
Dorada en miso y cebolla roja
En el servicio es donde hubo más problemas, son 4 remontes y el personal escaso para tanto volumen, lo que se tradujo en más de un despiste, hasta tal punto que uno de los platos no llegó a salir, que fue el plato de ternera. Pero ahí salieron al quite, enseguida el responsable nos pidió disculpas, descontó de la cuenta y nos invitó a la bebida de los aperitivos en el lounge, se mostró atento y luego estuvimos hablando un poco sobre el restaurante y como veía él la cocina en España (de la que estaba enamorado, junto con el buen tiempo de Valencia e Ibiza...) con total naturalidad.

Sinceramente, mereció la pena el dispendio y pagar las más de 150 libras los 2 que nos costó a pesar del contratiempo con el fallo en el servicio.

Rainer Becker ha montado un imperio hostelero por el mundo, que desde mi punto de vista (y el del público) funciona muy bien abarcando todos los estratos (Zuma, Roka y Shochu) para tratar la cocina japonesa con éxito y calidad. Una franquicia bien explotada.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.

PD: Dejo el resto de fotos al final.



menú

Pez mantequilla con esparrago blanco y yuzu laminado

Ensalada de tomates aliñados


Butsugiri

Dumpling de ternera

Nigiri de cangrejo de concha blanda

Nigiri

Barra

Tempura y Kirin

Tempura de verduras y salsas

Espárragos verdes a la brasa

Selección de postres



jueves, 1 de enero de 2015

Fin del 2014, empezamos 2015

Buenas a todos.

Antes de todo, felicitar a todo el mundo esta nueva entrada de año 2015.

El que sea poco amigo de estas fiestas no quita que comparta la felicidad de todos y que menos que desear siempre lo mejor, que para eso estamos en este mundo, para pasarlo bien.

La verdad que mi año 2014 ha terminado mejor que bien, y dudo se pueda superar tras haber pasado en Diciembre unos días en esa gran ciudad gastronómica que es San Sebastián con escapadas a pueblos de los alrededores donde disfrutar de maravillosas vistas tanto en la costa como fue Zumaia o en el interior en Oiartzun, excusas perfectas para poder visitar casas como Asador EtxebarriAkelarre y Zuberoa. Junto con los pertinentes pintxos en A Fuego Negro o pisar por primera vez el barrio de Gros y estar en Essencia, que tiene una carta de vinos de aúpa y una selección de finos y olorosos que quita el sentido o en Hidalgo 56, un clásico del barrio que cuenta con unos excelentes callos y kokotxas.

Así pues la colección de sitios visitados es importante y los buenos ratos aún más, repitiendo con gusto en sitios como La Salita, Quique Dacosta o Arbequina, y disfrutando de nuevos como Miramar, Aponiente o Santceloni como grandes referencias, junto con otros de menos renombre pero también fabulosos como Saiti, Shunka, Suculent y un largo etcétera. Junto con el viaje por Amsterdam y Londres, empapándonos de las costumbres locales... sí, mucha cerveza.

Ya el año pasado hice un video resumen y este repito, salen grandes comidas con amigos, pareja en solitario, pero todas las que salen las he disfrutado muy a gusto, algunas de ellas no publicadas todavía como es Londres o San Sebastián, pero tiempo al tiempo, irán cayendo las publicaciones. Y también hay fotos de grandes eventos ajenos a la gastronomía, como la boda de mi hermano Carlos o algún que otro festival como el SOS 4.8 en Murcia o el FIB de Benicassim. Son al fin y al cabo momentos felices que creo merece la pena compartir, porque guardárselos para uno es egoísta.

Como playlist, tenemos a Arctic Monkeys, Fitness Forever, Morrissey y Tame Impala.




Espero os guste y que disfrutéis mucho de los próximos 365 días.



Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.