martes, 9 de noviembre de 2010

Visita al Grao, contraste de clases (2ª parte)

Y aqui viene el contraste, cambiamos de un restaurante de toldo y sillas de plástico a todo lo opuesto, a uno de los restaurantes clásicos de la zona, "Rafael" (C/Churruca 28 tlf:964282185 web: www.restauranterafael.com)

Se decía que la calidad del restaurante había bajado mucho, y que no merecía la pena conocerlo, y mi conclusión es todo lo opuesto. Cocina de calidad, con producto de mercado, sin extravagancias, pero muy buena, trato excelente, atento en todo momento pero sin ser agobiantes. Y eso que en una ocasión fui sólo, habiendo otras 3 mesas de empresa, no me hicieron esperar lo más mínimo.

A lo largo de esta semana he ido 2 veces, una sólo y otra con mi padre, con lo que puedo ofrecer más opinión al respecto.

Yendo solo, como aperitivo ofrecieron unas croquetas de jamón, nada en especial, con la cerveza todo va bien.


Como primer plato probé el tartar de salmón, muy bien hecho, sabroso, la verdad es que estaba muy bueno, lamentar la cantidad, ración corta, pero muy bueno.


Lo de elegir el tartar de salmón vino por que en carta también tienen steak tartar y me apetecía hacer un mar y montaña del tartar, la pena estuvo en que ya no les quedaba steak, pero tuvieron el detalle de dejarme probarlo y me sacaron una pequeña degustación, decir que estaba bueno, pero me quedo con el de Kina de Categallo.


Como no había steak, opté por pescado, y la elección fue raya, nunca la había probado, y decir que estaba muy rica, con una salsa con tomate pimiento y pimentón picante que estaba muy bien. La carne de este pez es suave, se deshace en la boca, lo único, es que es incómodo por tener que retirar los cartílagos todo el tiempo, por que la opción de comértelo es aún más incómoda.


Y para terminar el postre, quizá esto sea lo más llamativo, todos los postres ofrecidos son caseros, y te los presentan en un carro, había oído que antes en restaurantes clásicos se servían de esta forma, hasta donde yo sé, de oidas, por ejemplo en el Majestic de Barcelona, los sirven de esta manera.


De todos los que te ofrecen yo opté por tarta de queso con arándanos, que estaba de vicio, y la tosta de cabello de ángel con almendra y piñones, y tres cuartos de lo mismo, muy buena. Como comentario decir, que diabéticos abstenerse.



Del maridaje, poco que decir, en vez de servir por copas, te presentan botellas de 3/8, y en mi caso fue un albariño, bastante flojo, del que ni me plantee hacerle foto, podríamos decir que es el único punto negro de una gran jornada.

En la segunda ocasión que fui con mi padre, se reprodujeron las sensaciones, trato amable, conversación distendida, también por que en esta ocasión éramos 2 mesas en todo el restaurante, pero eso nos permitió tratar más con ellos y entender mejor al restaurante, como detalle curioso hablar de la cristalería, una cristalería que respira solo, para vinos mayores que necesitan decantado, con esta copa lo puedes evitar y conserva mejor los aromas, parece una tontería pero es cierto, bebimos un Santa Rosa Reserva 2004 de Enrique Mendoza, que dio la casualidad que 2 semanas antes ya había bebido también, y la diferencia era notable, y la evolución en copa más rápida de normal.

Como en la ocasión anterior, el hecho de ir acompañado, en este caso por mi padre, en lo último que pienso es en hacer las fotos (es algo que tengo que mejorar, como muchas otras cosas), decir que para compartir, pedimos sepionet de playa, que estaba riquísimo, plato que requiere pan sí o sí, el otro entrante fueron los erizos gratinados, que también, estaban muuuuy buenos. Ambos fueron recomendaciones por parte de la casa. He de decir que mientras esperaba a mi padre, me di un caprichete y me pedí un par de ostras, que como todos sabemos no requieren mucha elaboración, solo saber abrirlas, eso no quita para que estuvieran buenas.


Como principal, pedimos un arroz negro, muy bueno el punto del arroz, sabor intenso, muy rico, pero se echa en falta un poco de cantidad, miden demasiado bien las raciones y no tienes opción a repetir.

Tras esto llego el postre, que ya os he presentado antes como se sirven, en esta ocasión opte por tarta de 3 chocolates, muy buena, lo acompañe de un vino dulce que hace tiempo que buscaba en una carta de vinos, Molino Real de Teófilo Reyes con DO Málaga, excelente vino dulce, sin llegar a ser empalagoso como me pasa con los PX, acidez regulada, una moscatel muy bien trabajada.

Y hasta aquí la segunda entrega de la visita al Grao.

En la tercera, comentaré el restaurante del casino de Castellón, y también hablare del restaurante japonés del Grao. No me gusta hacer críticas negativas, pero en esta ocasión no me queda más remedio, todo sea para que os evitéis tirar el dinero, o si vais, por lo menos vayáis con la información necesaria.

1 beso para vosotras y 1 abrazo para vosotros.

PD: Gracias a Ana por darme una visión crítica, desde ahora vigilo más mi redacción y procuro que se me entienda lo mejor posible.






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